sábado, 14 de marzo de 2015

"La de los holdouts no es una situación aceptable"


"La Argentina nos enseñó que necesitamos un sistema internacional" que regule los procesos de negociación de deuda reestructurada, afirmó ayer Jürgen Kessler, miembro del Comité Económico Social Europeo, respecto al proyecto, impulsado por el Gobierno de Cristina de Kirchner que debatirá este año Naciones Unidas a partir del caso de los fondos buitre.

El jurista alemán se mostró optimista sobre las posibilidades del éxito de la propuesta argentina, presentada por Bolivia ante la Asamblea General de Naciones Unidas en carácter de la Presidencia pro témpore del G77 más China, que solicita la creación de un marco regulador sobre deudas reestructuradas que evite en el futuro casos como el que vive el país actualmente.

"El mundo aprendió una lección muy importante de la Argentina. No puede suceder que quien tenga derechos menores entre los acreedores de un Estado esté en condición de tener la voz cantante en el proceso de negociación de la deuda. Hoy día, los holdouts no están en condiciones de dominar las negociaciones", afirmó Kessler.

En opinión del miembro del órgano consultivo de la Unión Europea (UE), "la comunidad internacional debe ponerse de acuerdo en dónde poner los límites en los procesos de negociación: el 10% de los acreedores no debe ser considerado".

Respecto al proceso judicial que atraviesa el país en la Corte de Nueva York, Kessler consideró que "el ámbito de una justicia nacional no funciona para dirimir estas cuestiones. Se vio con el juez Thomas Griesa y la Corte Federal de Nueva York. Por eso es necesaria una entidad central internacional que se ocupe de dirimir estas cuestiones". "La de los holdouts no es una situación aceptable", insistió.

Volviendo sobre la propuesta argentina que durante este año se debatirá en la ONU y que, por el momento cuenta con la oposición de gobiernos como el estadounidense y el alemán, el experto europeo aseguró que "la iniciativa argentina en la ONU es razonable. Hay que discutir sobre detalles: cuál es la mayoría de acreedores que se considerará, quién va a controlar la negociación, si el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la ONU. El único aspecto negativo de una normativa de este tipo es que lo que se apruebe será a futuro puesto que el Derecho Internacional no es retroactivo", señaló.

Consultado por este diario sobre las críticas que podrían enfrentar el FMI o Naciones Unidas como entidades de control desde países ya endeudados, para el primero, o de naciones emergentes que exigen un organismo más multilateral, en el segundo caso, Kessler se arriesgó a proponer una tercera vía para la fiscalización de los procesos de reestructuración: la Corte Internacional de La Haya.



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