La fuerte subida del dólar corre el riesgo de minar la confianza de las empresas en Estados Unidos y provocar una ralentización del país, según prevé advertir el responsable de la mayor firma mundial de gestión de activos.
Larry Fink, el consejero delegado de BlackRock, planea expresar sus temores en un prólogo al informe anual de la compañía, que saldrá a la luz la próxima semana. La advertencia tiene como telón de fondo la revalorización del dólar un 25% frente a una cartera de divisas en los nueve meses transcurridos entre junio y marzo.
Fink señala que el impacto de la apreciación del dólar se extenderá más allá del sector de las exportaciones, que fue la víctima más inmediata. Sus declaraciones contrastan con las opiniones optimistas sobre las Bolsas expresadas con anterioridad, y todo ello pese a que percibe un impulso para la economía estadounidense gracias al descenso del precio del petróleo.
"Aunque la economía estadounidense en su conjunto no está excesivamente expuesta a las exportaciones, muchas de nuestras empresas más grandes e influyentes sí lo están", ha escrito Fink. "Creemos que esto se traducirá en una erosión de la confianza de los consejeros delegados, lo que puede ralentizar tanto las decisiones de inversión como el futuro crecimiento de Estados Unidos".
Las declaraciones del líder de BlackRock se producen días después de publicarse unos datos de empleo decepcionantes para el mes de marzo, que mostraron que Estados Unidos sólo creó 126,000 empleos. Bill Dudley, el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Nueva York, declaró ayer que el informe era la última evidencia de que los tres primeros meses de 2015 fueron más débiles de lo previsto. En declaraciones que no desentonaron con la advertencia de Fink, dijo que la fortaleza del dólar y su efecto sobre las exportaciones, así como el impacto de la caída del precio del petróleo sobre la inversión en el sector petrolero, probablemente se convertirían en un lastre para la economía, y seguían representando una amenaza para las futuras previsiones de crecimiento.
En su carta del presidente, Larry Fink también pone de relieve el riesgo a que la relajación monetaria haya dado lugar a burbujas de activos conforme inversionistas como los fondos de pensiones se han visto empujados hacia clases de activos más arriesgadas buscando rentabilidad en un entorno de tipos de interés más bajos. La situación "empeora día a día", escribe.
"Esta combinación de aumento de los activos y caída de la rentabilidad está dando lugar a peligrosos desequilibrios. Sin embargo, los responsables de la política monetaria no parecen ser lo suficientemente conscientes del problema que sus acciones están creando para los inversionistas: buscar la rentabilidad y seguir inflando una burbuja creciente, o mantenerse al margen y observar cómo aumentan las deudas sin financiar, sin control alguno", expresa.
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